El charquicán es un plato que lleva carne, el soyacán es un plato que lleva vida.
Lo que debemos hacer es incorporar a esta preparación el respeto, soya texturizada y mucha empatía, podemos disfrutar sin utilizar a ningún individuo y aquí queda demostrado.

Me gusta esta receta porque no es compleja y es muy rica. Con una olla a presión a la mano se vuelve también una receta rápida de preparar.

1. Pelar papas y cortarlas (dependiendo de la cantidad de soyacan que desees preparar) por lo general yo uso 7 papas.
2. Limpiar el zapallo y cortarlo. A mi me gusta mucho el zapallo asi que le pongo harto, un corte generoso.
3. En invierno tengo a la mano en el refrigerador las bolsitas congeladas de verduras(arvejas, choclo). En verano es rico poner el choclo fresquito ya que le entrega mucho sabor.
4. Echar todo a la olla junto con un puñado de soya texturizada y cocer calculando que las papas se ablanden. En la olla a presión espero unos 5 minutos después de que empieza a sonar el pituto.
5. Esperar que la presión de la olla salga completa, abrir y moler los ingredientes. Hay personas que prefieren que la papa no se muela completamente y otras que si.

Acompaña el soyacán con una rica ensalada, un buen pebre y disfruta.

Nuestra amiga Grettel nos envía esta rica receta de galletas de jengibre.
Aprovechamos de preguntarle por qué le gusta cocinar y nos cuenta sobre su hermoso y nuevo proyecto LuluLala, un emprendimiento de comida vegana que comenzará a toda marcha en enero del 2016.

"Me gusta mucho la cocina desde pequeña y sobre todo cuando me hice vegana empecé a cocinar mucho, me dediqué a un proyecto de lleno un tiempo y ahora quiero hacer mis propias creaciones para mantener la práctica en la cocina y difundir el veganismo ofreciendo productos equivalentes y sin crueldad.
Mis hijas peludas (gatas) se llaman Lulú y Lala, y ellas me inspiran a ser mejor persona y no rendirme ante la adversidad...por eso el nombre"

Receta de galletas

Ingredientes (para 2 docenas aproximadamente):

1 1/2 tazas de harina de trigo
1 taza de margarina vegetal
3/4 taza de azúcar
2 cucharaditas jengibre fresco rallado
1/2 cucharadita de canela
1/4 cucharadita de nuez moscada

Para el Glaseado: 
1 cucharadita de no egg, o almidón de papa o de maíz
3/4 taza de azúcar flor
1 cucharadita de jugo de limón

Hacemos la masa en un bowl: colocar la margarina y agregarle el azúcar, mezclar hasta formar una pasta uniforme.
Luego agregamos el jengibre rallado, la canela y la nuez moscada.
Volvemos a mezclar.
Incorporamos de a poco harina y mezclamos para que no se formen grumos, hasta conseguir una masa suave y firme (puede ser necesario utilizar un poco menos o más de harina).
Luego amasamos y dejamos reposar la masa en el refrigerador por media hora. Transcurrido el tiempo, sacamos la masa y la uslereamos por ambos lados hasta obtener una capa pareja de 0,5 cm (o mas finas si las quieren más crujientes).

Cortamos las figuritas con los moldes de galletas y el excedente de masa lo volvemos a utilizar, repetimos el proceso para sacar más galletas y las colocamos en una bandeja de horno precalentado a 180°C , recuerda aceitar la bandeja o usar papel mantequilla por debajo las galletas.
Se hornearán entre 10-15 minutos aproximadamente o las puedes sacar cuando ya se estén dorando.


Las sacamos y las dejamos enfriar antes de decorarlas.
Para el glaseado, en un bowl colocamos 1 cdta de no egg, y 2 cdas de agua, y batimos hasta obtener una mezcla suave.
Agregamos el azúcar flor y mezclamos, añadimos tan solo 1 cdta de jugo de limón, mezclamos y debemos obtener una pasta semi líquida y firme para colocar en una manga para adornar.
Si la mezcla nos queda muy líquida, podemos agregar más azúcar flor.
Colocamos el glaseado en una manga y adornamos.
Dejamos secar el glaseado antes de servir.

Ingredientes

Champiñones

Pimentones

Cebolla morada

Choclo peruano

Limón de Pica

Cilantro

Ajo

Sal y Pimienta

Cocemos el choclo y reservamos, mientras cortamos los champiñones en láminas, la cebolla corte pluma, los pimentones y el cilantro.

Mezclamos todo con el jugo de limón, ajo, sal y pimienta y ya está

Refrigeramos un par de horas.

Servimos con una hojas de lechuga

Sorprende a tu familia o amigos con este plato ideal para los días de calor que comienzan.

Compré unas lindas ciruelas en una verdulería, la verdad es que no me gustan muchos las cosas acidas y estas ciruelas si lo estaban.
Hay un tipo de ciruela que es dulce pero me cuesta encontrarlas.

Para no botarlas porque la comida NO SE BOTA decidí cocer las ciruelas con un poco de azúcar y agua y comerlas con mote ¡Una delicia!.

Es tan hermoso ver como diferentes frutas llegan a esta tierra, frutas que cuando yo era niña no conocía.
El mango es una de ellas, un exquisita fruta que despierta en mi ser tropical, es tremendamente antioxidante y aporta vitaminas A y C, en gran cantidad.

Hoy teníamos un poco de leche de coco y decidimos hacer mango con leche.

Un simple paso: poner el mango, leche de coco y un poco de hielo en la juguera y disfrutar.

En la visita del fin de semana a la feria vimos chirimoyas, como teníamos naranjas inmediatamente pensamos en Chirimoya Alegre, no tenemos idea de donde viene ese nombre, pero al probar su sabor dulce y fresco sentimos a lo menos alegría.

Las chirimoyas tienen un alto aporte calórico por su alto contenido de azúcar, aportan fibra y vitamina C, que mezclada con la naranja nos regalan una bomba de vitamina C.


Para saber si las chirimoyas están buenas solo debes tocarlas, si están duras es porque están verdes, si están muy blandas están pasadas.

La preparación es tan simple como pelar las chirimoyas, descartar las semillas, sacar el jugo de las naranjas, todo a la juguera y listo.

En un post anterior habíamos escrito sobre los currys indios, está vez es el turno de los maravillosos currys de la comida thai.

El curry es simplemente una mezcla de especias y verduras aromáticas que se muelen en morteros, obteniendo una pasta de curry, que al ser mezclada con leche de coco y tofu se logran preparaciones con sabores muy particulares y picantes.

Nos gusta mucho entrar en locales en que venden productos de otros países, siempre encuentras algo interesante, esta vez entramos a unos chinos que están en la calle Merced y vimos la pasta de curry como teníamos tofu de inmediato mi mente me arrojó la respuesta: Massaman Curry.

El Massaman Curry es uno de los platos más populares en la gastronomía tailandesa, debe su nombre a los musulmanes que habitan en gran número el sur de Tailandia, destaca por la variedad de matices de aroma y sabor que le entregan las especias, la textura cremosa que aporta la leche de coco y el arroz que acompaña aliviando un poco el picante, es sin duda un plato muy sabroso, si no lo conoces, ¡qué esperas, prepáralo!


Ingredientes

2 cucharadas de pasta de curry
1/2 tarro de leche de coco
2 cucharadas de aceite vegetal
Tofu cortado en cuadritos
Champiñones
4 papas
Maní triturado
Arroz

La preparación es muy simple, porque para serles honesto la pasta de curry hace el trabajo por si sola:
1. Hacemos un arroz blanco
2. Sellamos el tofu para que quede crocante.
3. Agregamos los champiñones, zapallo italiano (no es de la receta, pero le da un bello color verde), pueden agregar zanahoria o brócoli también queda bueno.
4. En un wok ponemos el aceite a calentar y agregamos 2 cucharadas de la pasta de curry, disolvemos un poco e incorporamos la leche de coco, mezclamos bien todo durante un par de minutos y agregamos el tofu, las demás verduras y las papas.
5. Dejamos que se pasen bien los ingredientes en el curry y reduzca un poco, que quede cremoso, pero que no se vaya a secar.
6. Servimos acompañado de arroz blanco y agregando el maní triturado encima.

El valor de la pasta de curry es de 2.500 a 2.900 pesos dependiendo del local, lo bueno es que para cada preparación solo usas dos cucharadas, el pote trae 400 gramos.

Cuando era niña a mi y a mis hermanos mi papá nos daba este jugo, como niña me lo tragaba de golpe porque era parte de un ritual para obtener vitaminas. La verdad es que no me gustaba mucho pero lo hacía porque era para estar sana.

Hoy día mi relación con las betarragas es muy distinta, me gusta comerlas en ensalada con harto limón, pero casi nunca hago juguito porque me da flojera, lo reconozco.

Se está poniendo de moda los jugos, smoothies, batidos ¿por qué? creo que se debe a la necesidad de aprovechar de las frutas y verduras todas sus propiedades y también, debo decirlo, porque simplemente es una moda. Considero que esta moda no es dañina, por el contrario, es una moda que nos hace ver con otros ojos al pasto y hace que la gente coma más pasto.

En nuestra visita a la feria el día de hoy nos decidimos a comprar muchas zanahorias, betarragas y naranjas para preparar este jugo para aprovechar que mi mamá me regaló una máquina saca jugos que no ocupaba, no es la más moderna del mercado, pero cumple su función a la perfección.

1. Lavar muy bien las betarragas y las zanahorias.
2. Pelarlas.
3. Cortarlas en pedazos para que entren en el sacajugos
4. Comenzar el proceso de introducir las betarragas y zanahorias en la máquina.
5. Exprimir las naranjas para obtener el jugo.
6. Mezclar todos los jugos obtenidos y beber.

Para preparar batidos de de otras verduras y frutas mi mamá está ocupando la juguera, siente que es más simple. Busquen lo que más les acomoda para beber pasto.

El chacarero es un sandwich tipicamente chileno. La versión vegana es seitán, poroto verde, tomate y ají, también puede llevar veganesa.

Desde siempre me ha gustado esta mezcla, creo que es sencilla, pero debe ser bien preparada, sobre todo tener cuidado de no recocer los porotos verdes, la idea es que todos los ingredientes se junten a la perfección.

No hay reglas para preparar este sandwich, un pan frica o marraqueta debidamente calentado en la plancha y todos los ingredientes en abundacia, salvo el ají que va a depender que tan picante te guste, acompaña con la bebida que quieras y ya está.

El año 2014 fue destacado por la revista Times entre uno de los 13 mejores sandwiches del mundo, anímate y preparalo hoy mismo en casa.

Tuvimos la suerte de conocer Lima, una ciudad bella con muchos restoranes veganos que hicieron de nuestra visita una experiencia deliciosamente inolvidable.

Allá probamos la chicha morada y nos encantó, no nos imaginábamos que esos choclitos negros que veíamos siempre en la feria era la materia prima para este brebaje.

Hay una señora peruana muy simpática que atiende un negocio cerca de nuestra casa, nos cae súper bien porque le gustan los perros. Fuimos a preguntarle cómo se prepara la chicha morada ¡ella era la indicada!

Seguimos al pie de la letra sus indicaciones:
Necesitamos:

• 2 unidades de maíz morado
• La cáscara de una piña madura
• 3 clavos de olor
• Canela
• 3 litros de agua
• Jugo de limón
• Azúcar a gusto

Lavar el maíz morado y remojarlo en agua durante algunas horas, agregar la cáscara de piña, los clavos de olor, la canela y hervir durante 30 minutos. Retirar del fuego, dejar enfriar y colar.
Al momento de servir, añadir azúcar y limón al gusto, puede agregar tambien manzanas cortadas en cuadritos. Se puede conservar en el refrigerador durante varios días, el jugo de limón se agrega solo al momento de servir para evitar su fermentación.

Leyendo en internet descubrimos que el maíz morado además de regalarnos una refrescante bebida, es un potente antioxidante, ayuda a la regeneración de los tejidos, reduce el colesterol y promueve la formación de colágeno; nos beneficia mejorando la circulación, disminuye los riesgos de artritis, diabetes, arterosclerosis, enfermedades cardiacas y ayuda a prevenir el cáncer de colon.

Las berenjenas tienen una pésima reputación y la verdad es que esto es muy injusto ya que aparte de su bellísima forma, brillo y color, bien preparadas son deliciosas y muy versátiles, se pueden cocinar de una infinidad de formas, en guisos, al wok, fritas, al horno, como base para lasañas, como pasta para untar, salsas, rellenos para empanadas y un largo etc.

La berenjena es fruto oriundo del oriente, principalmente de la India, cuando es introducido a Europa  gana su mala reputación ya que se le atribuyen todo tipo de enfermedades por lo que es usada más como decoración que como alimento, hoy sabemos que todo esto es falso, pero siguen habiendo prejuicios en torno a ellas.

La berenjena tiene una textura esponjosa y contiene en gran parte agua, al tener contacto con el ambiente se oxida poniéndose oscura y amarga, creo es es por esto que no es de gusto general, pero aquí viene el secreto de la abuela, dispone las láminas en una fuente, agrega agua con sal y las dejas ahí hasta antes de cocinarlas, ojo que nunca se deben comer crudas.


En esta ocasión las preparamos al horno, es muy sencillo, los pasos son:

1. Las cortas en láminas y las dejas en una fuente con agua y sal.
2. Dispones las láminas en la lata del horno, con un poco de aceite de oliva.
3. Agregamos salsa de tomate debidamente condimentada.
4. Acompañamos con puré de papas y unos champiñones salteados.

Como ves es un muy fácil prepararlas, además de ser muy económicas. La próxima vez que alguien te diga: "esto es como las berenjenas", haciendo alusión a algo negativo, tu puedes argumentar todo lo contrario.

En un afán ya casi obsesivo nos hemos dispuesto esta vez a veganizar uno de los platos más populares de los restaurantes chinos: la carne mongoliana. Nos gusta ese rico sabor que el ají le aporta a las comidas.

Cuando comíamos carne no era nuestra receta favorita pero quisimos prepararla para quienes si gustan de ella y la verdad es que ¡Nos encantó!

Necesitamos:
Para el Seitán ver receta aquí
1 Cebollín
1 Ají verde
1/2 Cucharadita de fécula de maiz (maizena)
Salsa de soya
Aliños a gusto

1. En un wok saltea el seitán, a fuego fuerte, con ajo y los condimentos que prefieras.
2. Agrega el cebollín cortado en círculos la parte blanca y en diagonales la verde.
3. Ahora agrega ají verde a gusto, depende que tan picante te guste.
4. Mezcla 1/2 taza de agua y media cucharadita de fécula de maiz (maizena), revuelve hasta disolver y agrega un chorro de salsa de soya
5. Incorpora la mezcla al wok, mezcla todo, esperamos un par de minutos a que reduzca y ¡ya está!
6. Sirve acompañado de arroz blanco.

En la feria a la que vamos hay muchos puestos con productos típicos de Perú, pero hay uno que nos gusta mucho porque el caballero que atiende es muy amable para explicar cada vez que le preguntamos algo.

El sábado pasado nos llamó la atención la yuca y nos explicó como podíamos prepararala.

Compartimos con ustedes este simple y rica receta en tres simples pasos para obtener un puré diferente.

1. Pelar la yuca
2. Cocer la yuca con agua y un poco de sal. Se demora lo mismo que la papa.
3. Retirar del fuego, colar el agua, moler y agregar un poco de margarina vegana.

Nuestro amigo el tofu fue el acompañanate ideal para este rico puré.

Siempre nos van quedando alimentos en el refrigerador, una buena opción para que no se pierdan es enviarlos directo al wok, este utensilio de cocina es muy práctico, sencillo y rápido de usar, además de otorgar una sabrosa cocción a los alimentos, si aún no tienes considera comprar uno, en los mercados chinos siempre hay a buenos precios.

Revisamos el refrigerador y teníamos un poco de mote, tofu, brócoli, champiñones, pimentón y cebollín, con eso tenemos para un sabroso plato

Siempre la idea es ir salteando lo que demora más, pero no sobrecocer las verduras para que queden crocantes y a punto, comencemos:
1. Ponemos aceite a fuego fuerte y sellamos el tofu, la idea es que quede dorado por encima.
2. Agregamos un chorrito de salsa de soya, pimienta, jengibre rayado y ajo en polvo
3. Incorporamos las verduras, primero el pimentón, luego el brócoli, el cebollín y los champiñones, vamos moviendo el wok, para que la cocción sea pareja.
4. Finalmente agregamos el mote que teníamos cocido.
5. Siempre tenemos maní porque nos encanta, así que trituramos un poco y servimos.

En menos de 20 minutos tenemos un plato que nos aporta energía, proteínas, fibra, calcio, minerales, entre otros, así que anímate, comer rico y nutritivo no tiene porque ser complejo ni fastidioso.

¡Que ricos son los porotos negros!
Nos decídimos a veganizar la feijoada y nos propusimos ponerle mucho sabor, es un plato tipico de Brasil, muy económico y popular.

1. Remojamos los porotos negros durante toda la noche
2. A la mañana siguiente echamos a cocer los porotos con sal y aliños en una olla a presión. Una vez que empieza a sonar esperamos 5 minutos y la retiramos del fuego. Botamos un poco de agua, dejamos solo la sufieciente para tapar los porotos.
3. Hacemos un sofrito de cebolla y ajo.
4. Agregamos el sofrito a la olla con porotos y la ponemos otros minutitos más a fuego lento y revolvemos hasta que el caldito que estaba en la olla se espese.
5. Servimos con un chorizo frito y acompañamos con arroz blanco.

La receta para el choricillo me la dió mi amigo Camilo de Valdivia y es la siguiente:

500 gms de Germen de Trigo
100 ml de agua
50 ml de salsa de soya
1 cucharada de Merkén Ahumado
1 cucharada de Pimienta
1 cucharada de Ajo en polvo
5 cucharadas de orégano
3 cucharadas de pan rallado o panko
Sal a gusto (2 cucharaditas, pero se recomienda probar hasta que sea suficiente)

Mezclar los ingredientes secos hasta que estén bien integrados, luego agregar el agua y la soya hasta formar una masa con consistencia media-blanda. (agregar pan rallado o agua en caso de ser necesario).
Una vez obtenida la masa, cortar AlusaPlast y poner sobre este tiras de masa similares a una longaniza, procurando mantener de 5 a 10 cm de distancia de los extremos. Enrollar todo dando forma de longanizas y poner en agua hirviendo por 20 minutos.
Escurrir, dejar enfriar, y desprender el plástico.
Pueden consumirse fritas, horneadas, al disco, a la parrilla, etc. y congeladas duran hasta 3 meses.

¡Veganicemos el mundo!

La verdad es que el huevo nunca me gustó mucho, cuando lo comía me daba nauseas así que no me costó dejarlo, pero conozco personas que aman su sabor y que dejarlo es un impedimento para llevar una alimentación vegana.

Hace un tiempo escuché hablar de la sal negra y de como increíblemente le da a las comidas sabor a huevo y me decidí a comprarla para comprobar lo que decían de ella ¡Es verdad! tiene sabor a huevo gracias a que contiene azufre.


No voy a negar que al probarla sentí algo extraño y es que el sabor es idéntico al huevo.

Recomendaría la compra de esta sal para todas aquellas personas que de verdad les gusta el sabor del huevo y que lo extrañan al momento de hacerse vegano.

1. Moler el tofu con un tenedor
2. Calentar un poco de aceite en un sartén e incorporar el tofu
3. Saltear por un minuto junto con jamón vegano cortado en pedacitos pequeños (usé un jamón de la marca Eco Care)
4. Agregar un poco de cúrcuma
5. Retirar del fuego y poner una pizca de sal negra