Tuvimos la suerte de conocer Lima, una ciudad bella con muchos restoranes veganos que hicieron de nuestra visita una experiencia deliciosamente inolvidable.

Allá probamos la chicha morada y nos encantó, no nos imaginábamos que esos choclitos negros que veíamos siempre en la feria era la materia prima para este brebaje.

Hay una señora peruana muy simpática que atiende un negocio cerca de nuestra casa, nos cae súper bien porque le gustan los perros. Fuimos a preguntarle cómo se prepara la chicha morada ¡ella era la indicada!

Seguimos al pie de la letra sus indicaciones:
Necesitamos:

• 2 unidades de maíz morado
• La cáscara de una piña madura
• 3 clavos de olor
• Canela
• 3 litros de agua
• Jugo de limón
• Azúcar a gusto

Lavar el maíz morado y remojarlo en agua durante algunas horas, agregar la cáscara de piña, los clavos de olor, la canela y hervir durante 30 minutos. Retirar del fuego, dejar enfriar y colar.
Al momento de servir, añadir azúcar y limón al gusto, puede agregar tambien manzanas cortadas en cuadritos. Se puede conservar en el refrigerador durante varios días, el jugo de limón se agrega solo al momento de servir para evitar su fermentación.

Leyendo en internet descubrimos que el maíz morado además de regalarnos una refrescante bebida, es un potente antioxidante, ayuda a la regeneración de los tejidos, reduce el colesterol y promueve la formación de colágeno; nos beneficia mejorando la circulación, disminuye los riesgos de artritis, diabetes, arterosclerosis, enfermedades cardiacas y ayuda a prevenir el cáncer de colon.

Las berenjenas tienen una pésima reputación y la verdad es que esto es muy injusto ya que aparte de su bellísima forma, brillo y color, bien preparadas son deliciosas y muy versátiles, se pueden cocinar de una infinidad de formas, en guisos, al wok, fritas, al horno, como base para lasañas, como pasta para untar, salsas, rellenos para empanadas y un largo etc.

La berenjena es fruto oriundo del oriente, principalmente de la India, cuando es introducido a Europa  gana su mala reputación ya que se le atribuyen todo tipo de enfermedades por lo que es usada más como decoración que como alimento, hoy sabemos que todo esto es falso, pero siguen habiendo prejuicios en torno a ellas.

La berenjena tiene una textura esponjosa y contiene en gran parte agua, al tener contacto con el ambiente se oxida poniéndose oscura y amarga, creo es es por esto que no es de gusto general, pero aquí viene el secreto de la abuela, dispone las láminas en una fuente, agrega agua con sal y las dejas ahí hasta antes de cocinarlas, ojo que nunca se deben comer crudas.


En esta ocasión las preparamos al horno, es muy sencillo, los pasos son:

1. Las cortas en láminas y las dejas en una fuente con agua y sal.
2. Dispones las láminas en la lata del horno, con un poco de aceite de oliva.
3. Agregamos salsa de tomate debidamente condimentada.
4. Acompañamos con puré de papas y unos champiñones salteados.

Como ves es un muy fácil prepararlas, además de ser muy económicas. La próxima vez que alguien te diga: "esto es como las berenjenas", haciendo alusión a algo negativo, tu puedes argumentar todo lo contrario.

Una y otra vez las historias se repiten, a veces son graznidos, mugidos, maullidos y otras tantas ladridos.

Los soviéticos deben haber creido firmemente que la perra Laika no sentiría nada ante algún problema en el espacio y que el espacio guardaria el secreto de su muerte injusta.

La sacaron de la calle para utilizarla ¿habrá sentido Laika que un futuro mejor la esperaba cuando la tomaron?
¿Habrá sentido que por fin tendría un hogar?

Puedo imaginar distintas situaciones y escenarios, puedo soñar con que Laika no sufrió ni sintió dolor, puedo completar esta historia como mejor me parezca para que se lea bonita... puedo pero no debo.

No debemos justificar en nombre de la ciencia, del espacio ni de la medicina el uso de individuos, no debemos ser cómplices de la muerte y el abuso. Si lees la historia de Laika y sientes que no es justo el siguiente paso es que te hagas vegan@, el siguiente paso es que además de perros consideres a vacas, cerdos, gallinas, ningún individuo debe ser vulnerado, ninguna persona debe ser utilizada, todos merecemos respeto.

Por Laika y por todos los animales trabajemos por la abolición de la esclavitud.

En un afán ya casi obsesivo nos hemos dispuesto esta vez a veganizar uno de los platos más populares de los restaurantes chinos: la carne mongoliana. Nos gusta ese rico sabor que el ají le aporta a las comidas.

Cuando comíamos carne no era nuestra receta favorita pero quisimos prepararla para quienes si gustan de ella y la verdad es que ¡Nos encantó!

Necesitamos:
Para el Seitán ver receta aquí
1 Cebollín
1 Ají verde
1/2 Cucharadita de fécula de maiz (maizena)
Salsa de soya
Aliños a gusto

1. En un wok saltea el seitán, a fuego fuerte, con ajo y los condimentos que prefieras.
2. Agrega el cebollín cortado en círculos la parte blanca y en diagonales la verde.
3. Ahora agrega ají verde a gusto, depende que tan picante te guste.
4. Mezcla 1/2 taza de agua y media cucharadita de fécula de maiz (maizena), revuelve hasta disolver y agrega un chorro de salsa de soya
5. Incorpora la mezcla al wok, mezcla todo, esperamos un par de minutos a que reduzca y ¡ya está!
6. Sirve acompañado de arroz blanco.