Llegó el frío y las sopitas se hacen presentes para temperar el cuerpo. La nutricionista vegana Marcia Basulto nos explica como utilizar las verduras olvidadas en el refrigerador. 

¿Saben por qué nos da más frío cuando comemos verduras y frutas frescas?

El motivo es simple, aportan gran cantidad de agua, antioxidantes y potasio, nutrientes encargados de regular la presión arterial y la temperatura corporal, conocen la Biosal? aporta más potasio para mejorar o regular la presión arterial, que tal si comemos más frutas y verduras para mejorar la presión arterial?

No es tan difícil, solo hay que programarse y no botar nada a la basura, a todas nos pasa que no alcanzamos a hacer una verdura que compramos y queda al fondo del refrigerador, oxidándose, poniéndose “fea” y hasta incluso se pudre… Bueno, esto es precisamente para que no derroches dinero y no tengas que cocinar todos los días.

Laven bien esas verduras feas, métanlas a una olla o vaporera, condimenten a gusto, agreguen agua y cocinen hasta que esté en su punto, recuerden que cada verdura tiene su tiempo de cocción, pero generalmente cuando pasas esto, los dejo máximo 10 minutos si le pongo zapallo amarillo, recuerden cortar de tamaños regulares, para que se cocinen uniformemente.

A parte en una sartén cocino: cebolla, ajo, merquen, sal y laurel, -ustedes condimenten a su gusto-, y lo cocino con la misma agua de cocción de las verduras, luego lo agrego a la olla con las verduras, lo mezclo y lo apago.

Una vez listo, paso todo a una licuadora, luego lo coloco en varios potes individuales, dejo enfriar y congelo, (los alimentos congelados duran de 6 a 12 meses) cuando tengo “hambre” me tomo una sopita que se iba directo a la basura, y que ahora me nutro con esta sopita.

¿Y qué pasa con los nutrientes al cocinarlos? Bueno, es cierto que hay nutrientes que se pierden, pero también hay otros que aumentan al cocinarlos, y es mejor hacer esto antes de botarlos ¿Saben que la acelga y espinaca cuando se cocinan aumenta la cantidad del hierro que contienen? Esto es porque la cantidad de oxalatos y fibra disminuye con el calor o la cocción.

Así que no tengas miedo de cocinar tus verduras, siempre y cuando también incluyas crudas, debes ir variando, las sopitas o cremas son una buena opción cuando no te dan ganas de comer verduras o ensaladas porque hace frío.

Nos encanta la sopa miso, pero tradicionalmente contiene caldo dashi que se usa para potenciar el sabor, su base es pescado, así que ojo al comerla en algún restaurante, es por eso que preferimos prepararla nosotros mismos y porque le ponemos todo el tofu que queremos sin escatimar.

¿Qué es el miso?
Palabra japonesa que significa: fuente de sabor, el miso es una pasta resultante de la fermentación de soja cocida, el hongo koji y sal marina, su sabor depende del tiempo de fermentación clasificandose de la siguiente manera:

• Shiromiso: (miso blanco), es el de menor fermentación, de sabor es suave, es el que usamos para la sopa.
• Shinshumiso: (miso amarillo), fermentación de meses incluso puede llegar al año.
• Akamiso: (miso rojo), su fermentación supera el año, tiene un sabor más intenso y salado que los anteriores.
• Kuromiso: (miso negro), fermentación de hasta tres años, es el miso más fuerte.

Entre sus principales propiedades destacamos que es un alimento rico en proteinas, sin pasteurizar favorece el equilibrio de la flora intestinal y tiene un alto poder antioxidante entre otras propiedades.


Pasemos a la receta, al ser una sopa inmediatamente creemos que es muy compleja de preparar, pero no, la verdad es que es muy sencilla, en muy poco tiempo tenemos una nutritiva sopa, excelente para capear el frio, solo necesitamos los ingredientes que encontraremos en los supermercados coreanos de Patronato o metro ULA o cualquier tienda de productos asiáticos.


Ingredientes:
200 grs de tofu firme
20 grs. de alga wakame
2 cucharadas de pasta de miso blanco
20 cm. de cebollín
500 cc de agua

Preparación:
1. Cortar el tofu en cuadrados pequeños
2. Hidratar el alga wakame
3. Cortar el cebollín finamente, solo la parte verde
4. En una olla poner agua a fuego lento, agregar las algas, el tofu y el cebollín, aparte disolver la pasta miso en agua y agregar a la olla cuando el agua este caliente a punto de hervir y apagar el fuego, pero que NO hierva, esto es muy importante ya que si hierve el miso pierde sus propiedades.

Como vez en pocos y sencillos pasos tenemos lista para servir nuestra sopa miso, cuéntanos como te va con esta receta, que no te digan que a los vegan@s nos falta proteína.